El sida es probablemente la enfermedad de transmisión sexual más conocida actualmente y es que en España son más de 150.000 las personas que viven con VIH, virus que podemos coger a través de prácticas sexuales sin protección o por vía sanguínea.
Además de la terapia antirretroviral ya existente, la idea de una vacuna contra el VIH es un objetivo del cual puede que estemos cada vez más cerca de hacer realidad. Y es que investigadores del Duke Human Vaccine Institute han descubierto que, durante una millonésima de segundo, una pequeña parte de la superficie del virus se abre para permitir la infección a otras células.
Esta pequeña, y móvil, parte, es la glicoproteína de la envoltura, parte clave de la capacidad del virus para acoplarse a un receptor de células T y así inyectar su material genético en la célula para infectarla. Pues bien, estos científicos han conseguido ver esa estructura móvil abrirse y cerrarse y plantearse así un nuevo control sobre la superficie del virus que podría conducir a anticuerpos neutralizantes para una vacuna contra el sida.
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